top of page
  • Foto del escritorEva Quesada

No estamos mal. Bien tampoco.


Hace unos meses, el mundo se volvió loco.


Dicen de nosotros, los humanos, que somos buenísimos adaptándonos a nuevas situaciones, normalizamos rápido y logramos sobrevivir desarrollando nuevas costumbres, adaptando nuestro hábitat. Resistencia y Resiliencia.


Por favor, no confundas resiliencia con conformismo.

En el mundo Post COVID-19, me estoy encontrando con personas muy positivas que han aprovechado el parón para ponerse en forma, reconectar y reforzar sus lazos familiares, conectar consigo mismos… Y también con otras personas a quienes les golpeó fuerte, muy fuerte y han de enfrentarse a un proceso de duelo complejo.


Y lo que más veo es a quien se ha quedado en stand-by, pendiente de que acabe o que empiece algo que no saben lo que es, caído del cielo, así, como comenzó este tornado sin esperarlo.


Que pase algo que me saque de esta dormidera.

Como somos resistentes y resilientes, a veces nos toca normalizar cosas que no nos hacen bien. Nos acostumbramos a vivir con cierto grado de insatisfacción. E incluso un poco más, y ya sé que desde hace unos meses llevo una piedra en el zapato, pero soy fuerte y puedo caminar más. No estoy mal. Aunque tampoco estoy bien.


Me da miedo, mucho miedo que nos acostumbremos a no estar bien.

Creo que necesitamos entender mejor el concepto de resiliencia: resistir sí, adaptarnos sí, pero también aprender a levantarse y a andar cuando este ya no es nuestro lugar.


Como responsabilidad hacia nosotros mismos y porque no quiero un mundo gris.

¡Que no se te pase la vida no estando mal! Te lo debes a ti mism@

19 visualizaciones0 comentarios

Comentários


¿y tú qué opinas?

bottom of page